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El 14 de febrero la mayoría de las parejas irradian romanticismo y ternura, se hacen regalos (ya sea un costoso colgante o una simple tarjeta electrónica), comparten una cena a la luz de las velas y terminan una noche juntos viendo una película romántica. Pero… ¿qué pasa con aquellas personas que no están enamoradas o no tienen una pareja estable? Para ellos, un blog permite descargar todas sus frustraciones y dejar comentarios contra el Día de San Valentín.
En esta época, encontrar al príncipe azul o a la doncella no es nada fácil. Por eso, el sitio Maldito San Valentín hace causa común por aquellos que son poco enamoradizos. «No te odiamos, pero nadie nos va a regalar un bombón, ni una flor ni un te quiero», reconoce el sitio, que ya cuenta como más de una veintena de comentarios.
“Si te regalan flores, dudá….te quiere ver enterrada y si te regala bombones…es para que engordes y te llenes de granitos, para lo que le sirve luego para dejarte y si te regala peluches, es porque sos una cornuda y quiere disimularlo”, dice Jesi, una mujer bastante despechada.
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San Valentín: recomendaciones de películas y novelas para dejarte llevar por el arte de amar
Posted on: febrero 14, 2008
- In: amor | cine | literatura | romance
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Ya lo dije en los otros artículos que publiqué, es el día de los enamorados. Y no hace falta que yo te lo recuerde, lo hacen todos los medios, tu vecina, quizás tu pareja, un amigo, etc.
Puede que estés sola y esta fecha sólo te genere rabia, o las ganas infinitas de encontrar a tu amor. Yo no soy una romántica empedernida, pero creo en el amor. En el milagro que se produce cuando encuentras a esa persona que quieres te acompañe toda tu existencia. Luego, el destino dirá.
Por eso, para celebrar este día, más allá de que por mucho tiempo me negué a aceptar esta tradición estadounidense, a la cual hoy me abro por lo que dejo entrar a los corazones, te recomendaré unas novelas y películas que me han dejado más enamorada (aún cuando estaba sola). 
En primer lugar “El amor en los tiempos del cólera”, del genial Gabriel García Márquez, una novela bella, de la cual todavía no vi su adaptación al cine, y la cual quise volver a leer, pero siempre la falta de tiempo me da la excusa perfecta.
También de este escritor colombiano “Del amor y otros demonios” o el cuento homónimo de “La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada”. Cómo olvidarme de “Como agua para chocolate” (de Laura Esquivel), relato del que vi el filme y me enamoré perdidamente.
En cuanto al cine, hay varias películas que me han dejado con el aliento en un suspiro. La que más me encantó, y me encanta, fue “Cuando Harry conoció a Sally”, y eso que la descubrí más de diez años después de estrenada. También “Frankie and Johnny”, una historia para que quienes no creen en el amor se convenzaen de que algo hay.
Una un poco más nueva es “Diario de una pasión”, un filme que te hace llorar, después de haberte hecho soñar con el amor eterno. Muchas otras novelas y película te harán emocionar por el resto de los siglos, porque del amor vive la humanidad.
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- In: amor | matrimonio | pareja | relaciones amorosas | romance
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Para quienes, como yo, creen en el amor eterno, este estudio nos pincha el globo. Pero claro, quien tiene fe en algo hace oídos sordos. Y aunque sea el día de los enamorados, de igual forma debo comunicárselos, según un reciente estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM), el amor sólo dura cuatro años.
Esta investigación aclara que este sentimiento se caracteriza por un «estado demencial temporal», y que debe estar separado “del apego o la atracción sexual, ya que activa sustancias químicas en el cerebro que ocupan todas las neuronas”.
Según explicó uno de los encargados del equipo de investigación, en el amor «se accionan las zonas que controlan emociones, como el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo, el giro singulado y las partes del sistema límbico», un estado químico que tiene una duración de cuatro años.
Luego de pasado esto, el amor se apaga y se da lugar a la amistad. ¿Qué decir entonces de aquellas parejas que llevan más de 30 años de casados, estando aún enamorados? (como es el caso de mis padres).
Lo lamento, pero ni siquiera la ciencia me hace descreer del amor eterno. Pero, admito, son sólo unos pocos los virtuosos de encontrarlo.
Vía: Perfil
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¿Alguna vez te has enamorado en el trabajo? El 38% de los estadounidenses sí…
Posted on: febrero 12, 2008
Romances clandestinos, affaires que duran solo una noche, relaciones que se convierten en matrimonio, salidas que terminan con la ruptura de una pareja. Los tipos de relaciones amorosas que pueden producirse en el trabajo son varias…todo depende de cómo reacciones tú ante la “tentación”.
Aunque muchos pretendan ocultar estos romances ocultos, hay muchos que se hacen cargo de la situación y lo confiesan. Al menos, así lo manifestó el 38% de los estadounidenses durante una encuesta elaborada por el sitio web Yahoo Hotjobs. Y si esta cifra te resulta alta, te sorprenderás cuando te diga que el 55% admite tener actualmente relaciones románticas con sus colegas.
Si bien un tercio de las compañías norteamericanas tienen un reglamento explícito donde se prohibe este tipo de acercamientos, más de la mitad desafía las reglas y se entrega a los placeres sexuales. Y mientras los más conservadores (56%) dicen no haber enamorado nunca de un compañero, hay otros (10%) que admiten haber mantenidos dos relaciones simultáneas con compañeros.
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Los beneficios de la besoterapia
Posted on: enero 5, 2008
- In: amor | besos | besoterapia | terapia
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Además de producirte placer y preparar el clima para un buen sexo, los besos otorgan otros beneficios terapéuticos al cuerpo.
«Es fácil que las parejas se olviden de besarse, pero es una manera muy valiosa de compartir intimidad. Siempre nos hacen hincapié en tener buenas relaciones sexuales, pero mucha gente se olvida de que un beso es una manera fácil de mantener el contacto. Un buen beso da tanto placer y bienestar como el buen sexo, pero el beso es más fácil porque lo podemos disfrutar en la intimidad y en público”, dice la sexóloga británica Denise Knowles a Esmas.com
Asesores en relaciones de pareja y terapeutas sexuales coinciden en que durante el beso se liberan más hormonas en la sangre y se estimula la producción de adrenalina despertando así una gran energía física y mental, aumentando el ritmo cardíaco, la tensión arterial y el nivel de glucosa en la sangre.
Además, besarse de manera frecuenta hace que se ejerciten los músculos faciales, se estimule la secreción de distintas hormonas que funcionan como analgésicos y que fortalecen nuestras defensas inmunológicas y se libere oxitocina, una hormona importantísima en el enamoramiento, el orgasmo, el parto y el amamantamiento, asociada con el cariño, la ternura y el contacto físico con los demás. A lo que se suma la liberación de endorfinas, unos opiáceos que actúan como antídoto para la depresión, la angustia, el desánimo, la tristeza o la aflicción.
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- In: amor | divorcio | matrimonio | pareja | separación
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¡Pensar que yo creía que traía angustia, inseguridad y problemas económicos! Evidentemente estaba equivocada ya que en cuestiones de divorcio la ciencia pesa más que el sentido común. Según una investigación realizada por la Universidad del Estado de Michigan en East Lansing, Estados Unidos, asegura que “el divorcio dio lugar a un aumento de viviendas familiares más pequeñas en las que el rendimiento de recursos como el agua y la electricidad es peor, y por ello, posee un impacto negativo sobre el medioambiente”.
Esta tendencia no sólo se da en países del primer mundo sino también en países tercermundistas y en vía de desarrollo. Parece ser que los investigadores analizaron datos sobre las relaciones domésticas y el uso de los recursos en 12 países desarrollados y descubrieron tendencias similares.
Los expertos indican que sólo en los Estados Unidos, en 2005, se utilizaron 38 millones extra de habitaciones junto a aumentos de entre el 46 y el 56% en los costes de la electricidad y el agua respectivamente por persona en las viviendas familiares formadas por las personas divorciadas.
Fuente: El Mundo
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